Desde que descubrí la geografía en Bologna de la mano de Franco Farinelli, en el final del verano del 2001, la curiosidad por entender el mundo no ha dejado de crecer. Entender el mundo que nos rodea, desde lo más cercano a lo más lejano, siempre con un punto de fuga, una perspectiva, un camino, el camino siempre es lo más importante nos decía Farinelli, el viaje.
Con Farinelli y su manera de explicar la geografía me enamoré de una tierra a oriente de la península itálica, otra península, la de los Balcanes. El Mediterráneo europeo es una cuestión de penínsulas.
Después de Bologna vendría Paris.
En la Sorbonne, quizás sin ser del todo conscientes o si, entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX es donde se fraguó la intelectualidad de los eslavos del sur, sobretodo de los Serbios, pero también del resto de los yugoslavos. Con ellos acabó el orden mundial existente hasta la época, los imperios centrales iban a desaparecer, y el nacionalismo triunfaría.
Allí conocí muchos textos increíbles. Increíbles por su contenido y por su elaboración. Uno de los que más me impactó fueron los libros del geógrafo serbio, Jovan Cvijic, concretamente su La Péninsule balkanique, géographie humaine.
En La Péninsule balkanique, géographie humaine, describe de manera particularmente precisa la diversidad humana, física y política de la península balcánica, uno de esos libros que mientras lees, imaginas y reproduces mental y visualmente lo que está describiendo el autor. Para cualquier enamorado de los Balcanes, Cvijic es un imprescindible.
De vuelta de Paris a Cunit, mi pueblo.
Un día paseando por Barcelona, entré en la librería de La Central en el Museo de historia de Barcelona, al lado de la plaza del Rei. Ojeando libros, siempre me llamaba la atención todo lo que sonara a balcánico, encontré un libro sobre dos cosas que me gustan, una Paris, la otra Monastir. Monastir era el nombre como se conocía, en los Balcanes, la ciudad de Bitola actual, en lo que hoy, desde hace poco, se llama República de Macedonia del Norte, antes FYROM (Former Yugoslav Republic Of Macedonia), durante el periodo de Gaziel era parte integrante del Reino de Serbia.
Me leí la solapa del libro, y me interesó la historia, crónica de un reportero durante la Primera Guerra Mundial en los Balcanes. Tengo que reconocer que no conocía al autor, un tal Gaziel. Devoré el libro, y tuve la suerte de descubrir a Gaziel.
Me releí por segunda vez el libro, pero esta vez acompañado del móvil, donde tenía siempre abierta la App de Google Earth y donde reseguía las minuciosas descripciones del camino, del viaje, que Gaziel describía en su libro, una experiencia ya difícil de separar con los libros de Gaziel, siempre al lado un mapa o Google Earth, cosas de geógrafo.
Las descripciones de Gaziel me recordaron mucho a las descripciones que hizo Cvijic en su libro, Cvijic iba viajando por los Balcanes tomando nota, como un periodista, y Gaziel hacia lo mismo pero como un geógrafo.
A medida que iba leyendo libros de Gaziel, quizás por mi formación de geógrafo, me daba cuenta de la calidad geográfica de sus descripciones y de sus razonamientos. Leer las crónicas de Gaziel al lado de tratados de geopolítica de la misma época, no tienen ningún tipo de envida cualitativa. Gaziel era filósofo, periodista pero en el fondo Gaziel era, sobretodo, un geógrafo.
Personalmente Gaziel tiene un mérito, un gran mérito, el de proponerte una descripción lo más fidedigna de la realidad, darte indicios de un espíritu crítico, sin imponerte su punto de visto, y dejarte la libertad de que sea el lector, con su juicio propio, el que deduzca la verdad de las cosas.
Y leyendo y releyendo se me ocurrió la posibilidad de reconstruir el trayecto de Gaziel, de reconstruir un viaje, cien años después. Documentando por donde pasó, con quien trató, donde durmió, sobretodo, observar como los territorios, las gentes y la Europa que el describe hace 100 años haya cambiado o no.
Hacer un ejercicio de arqueología del paisaje, arqueología de lo geográfico con cien años de diferencia, a partir de un viaje gazielano. I encontrar a Gaziel, a Cvijic, encontrar el espíritu de los Balcanes.
Podréis seguir la aventura desde dos perfiles en redes sociales:
Instagram: @lospasosdegaziel
Twitter: @pasosdegaziel
Admirable. Como lector de Gaziel Le felicito por su trabajo que seguro es también un placer.
Saludos
gracias por su comentario, en breve publicaremos alguna cosa al respecto. el viaje espectacular, muy recomendable.