Ya queda menos para salir de dudas, si es que las hay. El próximo domingo tendrán lugar las elecciones al Parlament de Catalunya.
Se han querido presentar dichas elecciones como un plesbisticio entre la gente que votará a partidos que defienden el derecho a decidir, y por lo tanto que en Catalunya se realice un referéndum o una consulta sobre la libre autodeterminación de Catalunya, y los partidarios de los partidos políticos que no contemplan dicha consulta, los que apuestan por un continuismo. Este continuismo unos lo entienden con mantener el actual status quo de las relaciones entre Catalunya y España, y otros pretenden desarrollar una política federalista, sin saber que se quiere entender con federalismo.
Mientras unos presentan o tratan de entrever cual será el futuro de una Catalunya libre, como nuevo estado de Europa, imaginando y proyectando el país en un nuevo contexto europeo, otros, diversamente, tratan de defender sus posicionamientos ideológicos con discursos donde el miedo, el habladurismo y haber quien la dice más gorda, empachan el mensaje a trasmitir.
Pero, realmente ¿la independencia de Catalunya provocaría algún problema? ¿A quién?
Bien, creo que todo el mundo, como sucede también en Escocia, Gran Bretaña, desconoce los desafíos a los que se enfrenta una colectividad territorial que se proyecta en un futuro próximo como nuevo Estado independiente. Con esto se quiere decir, que el futuro es objetivo, es neutro, el desconocimiento, sitúa a los valores y las interpretaciones en el mundo de lo subjetivo, en el mundo de la no veracidad.
Así resulta pues, que los partidos son libres de interpretar el futuro de Catalunya en clave positiva y esperanzadora, como los que presentan el futuro de Catalunya en clave de decadencia y descomposición, son puntos de vista y como tales hay que respetar.
Seguramente presentar los desafíos en clave positiva y de esperanza sea más constructivo que los que se presentan en clave negativa, pero cada cual se guarda a sus intereses más preciados.
Por lo tanto, el problema de la independencia de Catalunya se presenta condicionada a la óptica del punto de vista que interpreta dicho problema, quien entiende la independencia de Catalunya como un problema y no como una solución. Para los partidos del boque nacional catalán no es un problema, más bien una solución, y para los partidos del bloque españolista se les plantea un problema.
Una vez solucionado el “impasse” sobre si hay problema o no, deberíamos preguntarnos; ¿para quién sería un problema la independencia de Catalunya? El argumento clásico presenta el problema de la independencia, como un problema para la propia Catalunya. Los ciudadanos de Catalunya sufrirían tal percance, tendrían tantos problemas, pasarían tantas cosas…como decíamos anteriormente, nadie puede saber lo que pasará con Catalunya, pero en cambio se plantea otra cuestión.
Lo que si podríamos saber, y aquí reside parte de nuestra respuesta sobre él quien tendría un problema con la independencia de Catalunya, es que le pasaría a España si Catalunya fuera un estado independiente, Me explico.
La clase dirigente española, los que dirigen las estructuras de estado ya saben la respuesta a nuestra pregunta, ya saben cuál sería el problema de la independencia de Catalunya, ya saben que el problema de la independencia de Catalunya, no está en Catalunya, el problema está en España, pues son conscientes que sin Catalunya, el modelo España está condenado al fracaso. Sin las aportaciones de Catalunya al resto del estado español, el chiringuito se tambalea, y el último que apague la luz.
En fin, que podemos deducir que las teorías del miedo, el lenguaje que se está utilizando por parte de los partidos del bloque españolista están bien fundadas, pero como siempre se debe leer entre líneas, pues el gran problema de la independencia de Catalunya lo tienen ellos, el resto de España, y no los habitantes de Catalunya.
La constitución de Catalunya como nuevo estado de Europa beneficiará no solo a los catalanes, sino a todo ciudadano, de cualquier nación, etnia, o clase social que viva en Catalunya. El benefició del nuevo estado de Europa que sea Catalunya no será para los catalanes será para el territorio de Catalunya, que engloba a todos los que la habitan, todos.